lunes, 25 de febrero de 2013

LA ÚLTIMA DESPEDIDA


Aunque no nos guste muchas veces es inevitable recurrir a las despedidas, siempre duelen y afectan.  Me ha tocado hace días darle la última despedida a mi madre, partió al más allá,  después de una larga enfermedad y sufrimiento, ya está descansando.  En una oportunidad François Mauriac expreso “La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo...”; sin embargo, es bastante complicado porque a pesar de que uno la ve sufriendo, egoístamente no quiere que se vaya de este plano y todo porque a veces es difícil enfrentar la despedida y no aceptar la ausencia, especialmente, cuando se trata de la madre.

Hoy quiero expresar mi eterno agradecimiento a esa mujer que me llevó en su vientre, que fue estricta pero buena persona y que fue capaz muchas veces de quitarse el pan de la boca por compartir con quien necesitaba; trabajadora y con un don de servicio que la llevo a muchos lugares para auxiliar personas enfermas, que sembró los principios fundamentales del amor, el respeto, la compasión, la igualdad pero sobre todo el deseo de hacer siempre bien las cosas y de trabajar por conseguir las metas y objetivos.
 
Su esfuerzo y su constante trabajo, como ejemplos, me llevaron a dar lo mejor de mí en mis estudios y mi trabajo y tratar siempre de obtener los resultados deseados para que siempre se sintiera orgullosa de mí.  HOY LE DIGO HASTA PRONTO, se que estará bien.

También quiero patentizar un profundo agradecimiento y reconocimiento a una persona que abandono y que dejo de lado sus aspiraciones y sus metas por cuidar de mi madre.  Esta persona es mi hermana DINORA VERONICA PALACIOS OROZCO, Sin duda alguna recibirá todas las bendiciones y recompensas por la difícil tarea, pero que cumplió a cabalidad.  Nadie lo hubiera hecho mejor.

HASTA SIEMPRE MADRE…

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