Aunque no nos guste muchas veces
es inevitable recurrir a las despedidas, siempre duelen y afectan. Me ha tocado hace días darle la última
despedida a mi madre, partió al más allá,
después de una larga enfermedad y sufrimiento, ya está descansando. En una oportunidad François Mauriac expreso “La muerte
no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los
inmortaliza en el recuerdo...”; sin embargo, es bastante complicado porque a pesar de que uno la
ve sufriendo, egoístamente no quiere que se vaya de este plano y todo porque a
veces es difícil enfrentar la despedida y no aceptar la ausencia,
especialmente, cuando se trata de la madre.
Hoy quiero expresar mi eterno
agradecimiento a esa mujer que me llevó en su vientre, que fue estricta pero
buena persona y que fue capaz muchas veces de quitarse el pan de la boca por
compartir con quien necesitaba; trabajadora y con un don de servicio que la
llevo a muchos lugares para auxiliar personas enfermas, que sembró los
principios fundamentales del amor, el respeto, la compasión, la igualdad pero
sobre todo el deseo de hacer siempre bien las cosas y de trabajar por conseguir
las metas y objetivos.
Su esfuerzo y su constante
trabajo, como ejemplos, me llevaron a dar lo mejor de mí en mis estudios y mi
trabajo y tratar siempre de obtener los resultados deseados para que siempre se
sintiera orgullosa de mí. HOY LE DIGO
HASTA PRONTO, se que estará bien.
También quiero patentizar un
profundo agradecimiento y reconocimiento a una persona que abandono y que dejo
de lado sus aspiraciones y sus metas por cuidar de mi madre. Esta persona es mi hermana DINORA VERONICA
PALACIOS OROZCO, Sin duda alguna recibirá todas las bendiciones y recompensas
por la difícil tarea, pero que cumplió a cabalidad. Nadie lo hubiera hecho mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario